viernes, 19 de mayo de 2006
Nueva Entrada

El hombre se recuperó del gancho que recibió en la mandíbula. Se sentía mareado, cansado, lloroso.

Debía continuar.

Sentía un río ardiente correr por su pomulo, mientras las ideas se esforzaban en abrirse paso por su mente. Entonces recordó lo emocionante que era luchar, incluso cuando perdía y los moretones se burlaban de el durante semanas. Sus contrincantes, aunque todos diferentes, tenían muchas actitudes en común.

La emoción de darlo todo en un combate, la satisfacción de haber sido siempre el que conectó mas golpes, la sonrisa producida por la certeza de sentirse ganador despues de haber limpiado la sangre (propia y ajena), la carcajada al pisotear, amasar y jugar con los lugares comunes. Eso era lo que hacía su vida divertida.

Bluf, ocultamiento de emociones, enmascaramiento de intenciones o simple desnudez de curso de colisión; muchas eran sus tácticas, y le sorprendía identificarlas en los enemigos. Nunca habrá a quien encomendarse, tampoco habrá esquina que tire la toalla, solo encontrará amigos que cosan sus tajos y los desinfecten con cerveza.

El hombre estaba seguro de que la vida, mas que un destino final, es un viaje.

"Espectacular demostración de agilidad... conecta uno, dos, tres jabs al abdomen! Primera vez en tanto tiempo que domina asi una batalla! QUE GANCHO DE IZQUIERDA! Es un Knock Out!!! Ha vencido! HA VENCIDO!!!"


Dedicado a Camille Zoé Daille Candia,
la mujer que se fue sin haber llegado
del todo.
Ojala algún día leas esto, si es que la vida
real te permite fumarte un Lucky Lights
y acordarte del amigo con el que descubriste
(e hiciste descubrir) la locura que hace girar al mundo.
Un beso, Pequeña Paria

firmado: Yog Sototh, 16:07. Permalink | 3 comments

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